REFLEXIÓN
DESDE LA PRÁCTICA NO RELIGIOSA DE LA MEDITACIÓN CON ATENCIÓN PLENA (VIPASANA).
La práctica de la meditación con atención plena (vipásana) perteneciente a la tradición budista es la que más se ha extendido en un
contexto no religioso constituyendo una de las manifestaciones más interesantes
de lo que se denomina el budismo occidental.
Este tipo de práctica ha generado un conocimiento de gran utilidad
para muchas personas que en la actualidad intentan desarrollar la practica de
la meditación vipásana en las condiciones, económicas y culturales y políticas
de las sociedades de occidente sin tener que recurrir a un sistema de
creencias.
Jon Kabat-Zinn ha desarrollado
el modelo más interesante y exitoso de aplicación en un terreno concreto (la
salud) de la meditación con atención plena. (Ver programa).
El conocimiento generado a través de 25 años de aplicarse este
programa constituye un excelente material para las personas interesadas en ampliar
y profundizar su práctica meditativa personal así como explorar la aplicación
de la meditación en diferentes campos de la actividad humana.
A continuación ofrecemos algunas reflexiones, producto de los años de
aplicación de la meditación con atención plena en un contexto no religioso, que
Jon Kabat-Zinn ha expuesto en artículos y conferencias dadas en varios países.
CUALQUIER MOMENTO Y SITIUACIÓN ES APROPIADA PARA
PRACTICAR LA MEDITACIÓN CON ATENCIÓN PLENA
¿Te has dado cuenta que uno no
puede escapar de nada? Que tarde o temprano, las cosas con las que no quieres
tratar y de las que intentas escapar o no deseas saber y que pretendes que no
están allí te atraparán, especialmente si ellas tienen que ver con viejas
pautas de comportamientos o miedos.
La idea romántica es que si algo no está bien aquí tú solo tienes que
ir a otra parte y las cosas serán diferentes. Si este trabajo no es bueno,
cambiar de trabajo. Si esta esposa no es buena, cambiar de esposa. Si este
pueblo no es bueno, cambiar de pueblo. Si estos niños son un problema, buscar
quien se encargue de ellos. El pensamiento subyacente a todo esto es que la
razón de todos estos problemas esta fuera de ti en otro sitio, en otras personas,
en las circunstancias.
El problema con esta forma de ver las cosas, es que ignora
convenientemente el hecho de que tu las cargas en tu cabeza y en tu corazón. No
puedes escapar de ti mismo. Es pura ingenuidad lo que te hace pensar que las
cosas serían de alguna manera diferente o mejor en alguna otra parte.
Tarde o temprano, los mismos problemas emergen, pues generalmente están
relacionados con tu manera de ser, de pensar y de actuar. Con frecuencia
nuestras vidas se detienen y se deterioran porque nosotros hemos cesado de trabajar en la
vida y porque no deseamos tomar responsabilidades por las cosas tal y como
ellas son y trabajar con nuestras dificultades. Ignoramos que es realmente
posible obtener claridad, comprensión y transformación en medio de lo que está
aquí y ahora, por problemático que ello sea.
Las bajas debidas a esta forma de ver las cosas se encuentran por
todas partes. Observa en cualquier parte y encontraras relaciones rotas,
familias rotas, gente quebrada, vagabundos sin raíces, perdidos yendo de un lugar
a otro, de un trabajo a otro, de una relación a otra; de esta idea de salvación
a esa otra con la loca esperanza de que la persona correcta, el correcto
trabajo, el lugar adecuado, el libro correcto lo hará todo mejor.
Es mucho más fácil encontrar faltas o culpa, creer que lo que se
necesita es un cambio externo, escapar de las fuerzas que te están deteniendo,
impidiendo crecer, de encontrar la felicidad. Incluso puedes culparte a ti
mismo por todo lo que sucede y finalmente evitar la responsabilidad y escapar,
sintiéndote desesperanzado por el enredo que has hecho con las cosas o que
estas dañado sin posibilidad de reparación.
La meditación por si misma no confiere inmunidad para este tipo de
actitud de buscar respuestas y soluciones por todas partes. Algunas veces la
gente va de una técnica a otra, de un maestro a otro, o de una tradición a otra
en busca de ese algo especial, esa enseñanza especial, esa relación especial,
ese momento especial que abrirá la puerta a la autocomprensión y la liberación.
Como consecuencia del miedo y anhelando algo especial que la ayude a
ver con claridad, la gente con frecuencia cae en relaciones de dependencia
insana con maestros de meditación, olvidando que no importa que tan bueno sea
un maestro, finalmente tienes que vivir
por ti mismo el trabajo interno y tal trabajo siempre viene de tu propia
vida.
Algunas personas incluso usan equivocadamente los retiros, guiados por
un maestro de meditación, como una forma de mantener a flote sus vidas en lugar de usarlos como una
oportunidad para mirar profundamente dentro de si mismos. De cierta manera, al
asistir a un retiro tienes la ilusión que al escuchar a personas que han trabajado
profundamente consigo mismas y obtenido armonía en sus vidas, serás trasformado
y surgirá en ti la comprensión que te llevará a vivir con mayor plenitud y podrás
resolver tus problemas.
Hasta cierto punto, practicar en soledad en largos retiros, guiados
por buenos maestros, puede ser sano si estas dispuesto a observar todo aquello
que se presenta en la mente sin rechazarlo ni juzgarlo. Sin embargo es
importante señalar que un retiro puede ser un intento de retirarse del mundo y
la vida, y la transformación solo será epidérmica. Quizá después de unos
cuantos días, semanas o meses de salir del retiro, regreses a los mismos
hábitos y formas de comportamiento y relacionarte con los demás. Comienzas a
pensar en el siguiente retiro o recurrir a un nuevo maestro o incluso hacer un
viaje a Asia y con seguridad ahora si se realizaran todas tus fantasías de transformarte en una persona
nueva.
Esta forma de pensar y ver las cosas frecuentemente es una trampa, ya
que la solución que puede conducir al crecimiento es enfrentar la presente
situación, completamente, y abrirse a ella a través de la atención plena.
Permitir que la dura situación lime las asperezas y resistencias y conduzca a estar
dispuesto a aceptar que la propia vida, con todas sus contradicciones, es el
mejor maestro.
El reto de la atención plena es trabajar con las circunstancias en que
te encuentras, sin importar que tan incómodas, desalentadoras o difíciles que
ellas puedan parecer. Estar seguro de haber hecho todo lo que podías hacer,
antes de decidirte a abandonar el lugar en que te encuentras. Comprender que es
allí donde se necesita hacer el trabajo.
A veces piensas que tu práctica meditativa es floja o no muy buena y
que quizá en otras condiciones las cosas irían mejor, por ejemplo, una cueva en
los Himalayas, un monasterio en Asia, una playa en el trópico etc. etc.
¿Por qué no dejar ir todas esas fantasías y aceptar que podrías
practicar en casa, o en cualquier lugar en que te encuentres? En el momento en
que comprendes eso, vivencialmente no intelectualmente, tocas el corazón o centro
de tu ser y se crean las condiciones para que la práctica de la atención plena
ejerza su efecto sanador. Solo si comprendes a profundidad eso, el retiro, el monasterio,
la playa tropical ofrecerá su verdadera riqueza, pero también cualquier momento
o lugar en que te encuentres. Te darás cuenta que lo importante, aun en tiempos
extraordinarios, es estar presente, solamente en el presente y mantener
atención plena del ahora en cada acontecimiento de la vida cotidiana.
En este mismo acto de respirar, que efectuamos ahora mismo, descansa
el secreto que todos los grandes maestros tratan de decirnos, lo que un lama se
refiere como “la precisión oportuna e inteligente del presente”. El propósito
de la práctica meditativa no es la iluminación; es poner atención.
OBSTÁCULOS A LO LARGO DE LA PRACTICA
Si usted sigue el largo camino de la práctica de la atención plena, el
mayor obstáculo potencial a lo largo de su viaje, indudablemente será su mente
pensante.
Por ejemplo, usted pondría pensar, de vez en cuando, que está logrando
algo o yendo a alguna parte, especialmente si usted tiene algunos momentos de
satisfacción que han trascendido lo que ha sentido antes. Entonces usted podría
ir por allí pensando o incluso diciendo que ha alcanzado o conseguido algo y
que la meditación si “funciona”. El ego quiere reclamar y acreditarse este
sentimiento especial o comprensión o cualquier otra cosa que esto signifique.
Tan pronto como esto sucede, usted ha dejado de practicar meditación y está
haciendo publicidad. Es muy fácil ser atrapado en esto y usar la práctica
meditativa para auto-inflarse.
Tan pronto como usted es atrapado en esto deja de ver con claridad.
Incluso un insight claro y penetrante que a veces es reclamado por esta actitud
al servicio del ego, rápidamente se oscurece y pierde su autenticidad. Por lo
tanto usted debe recordarse continuamente que toda coloración de “yo”, “mi” y “mía”
son solo corrientes de pensamiento que lo llevaran lejos de su corazón y de la
pureza de la experiencia directa. El recordarnos continuamente esto mantiene la
práctica viva y lista en el momento en que podemos necesitarla, que también sea
el momento en que podemos traicionarla. Esto nos mantiene mirando a profundidad
con espíritu inquisitivo y una genuina curiosidad y el preguntarse
constantemente ¿Qué es esto? ¿Qué es esto?
Quizá en ocasiones te puedes
encontrar pensando que estas yendo a alguna parte o alcanzando algo a través de
la práctica meditativa. Nada de lo que deseas que pase ha sucedido. Hay una
sensación de rigidez, de aburrimiento.
Aquí de nuevo el pensamiento es el problema. No hay nada de malo en
sentirse aburrido o estancado, o el no conseguir nada, así como tampoco no hay
nada de malo con sentir que no se está yendo a ninguna parte o consiguiendo
algo pues de hecho en ese momento su práctica puede mostrar signos de ser mas
profunda y más robusta.
El obstáculo es cuando usted infla sus experiencias y pensamientos y
comienza a creer en ellos como algo especial. Entonces es cuando se apega a su
experiencia, la práctica se detiene y deteriora y con ello también su
desarrollo.
Para evitar los obstáculos trate de practicar de la siguiente manera:
Cuando se sorprenda pensando que usted está consiguiendo algo o que usted no
parece ir a donde se supone que usted debería estar yendo, puede ser útil
preguntarse ¿A donde se supone que iré? ¿Quién es el que se supone que
conseguirá algo? ¿Por qué algunos estados mentales deben ser menos válidos de
observar que otros y por tanto aceptar más su presencia? ¿Estoy realmente,
plenamente atento a cada momento o simplemente estoy indulgentemente envuelto en
una repetición desatenta de las pasos de la práctica meditativa, tomando
erróneamente la forma por la esencia? ¿Estoy usando la meditación simplemente
como una técnica?
Estas preguntas le pueden ayudar cuando sentimientos centrados en su
ego, o la repetición desatenta de hábitos o de fuertes emociones dominan su
práctica. Estas preguntas pueden conducirlo rápidamente de regreso a la
frescura y belleza de cada momento tal y como es.
Quizá usted ha olvidado o quizá no ha aprendido que la meditación es
la única actividad en la que usted no está tratando de conseguir algo sino
simplemente estar en donde usted está. Esto es una medicina muy amarga de
tragar especialmente cuando no le gusta lo que está sucediendo o el lugar en
que encuentra, sin embargo es valioso tragarla en tales momentos
¿TIENE ALGO DE ESPIRITUAL LA PRÁCTICA DE LA MEDITACIÓN CON ATENCIÓN
PLENA?
Si ustedes buscan el significado de la palabra “espíritu”. Encontrarán
que viene del latín espirare, que significa “respirar”.
El aspirar el aire se llama inspiración; el expeler el aire es
expiración. De esto vienen todas las asociaciones de espíritu como aliento de
la vida, energía vital, conciencia, alma, y esta última con frecuencia
enmarcada como un regalo otorgado por la divinidad y por lo tanto considerada un aspecto del ámbito de lo
sagrado, lo numinoso, lo inefable. Pero como hemos visto, la profundidad y
amplitud de sus virtudes puede permanecer desconocida tanto tiempo como nuestra
atención es absorbida por cualquier situación o asunto en forma vaga.
La atención plena trabaja despertando la vitalidad momento a momento.
Con una conciencia despierta todo produce inspiración. Nada queda excluido del
dominio del espíritu.
Hasta donde puedo trato de evitar el uso de la palabra “espiritual”.
No la encuentro útil ni necesaria, ni apropiada en mi trabajo en el hospital en
donde trato de introducir la práctica de la atención plena en la corriente
principal o dominante de la medicina y de los cuidados de la salud. Tampoco me
resulta útil en otros lugares en que trabajamos como la clínica multi-étnica de
reducción de estrés, en las prisiones, escuelas con organizaciones de
profesionales y con atletas. Tampoco encuentro la palabra “espiritual”
particularmente adecuada a la forma en que yo mismo profundizo mi práctica de
la meditación.
Esto no significa que rechace que la meditación puede considerarse
fundamentalmente como una “practica espiritual”. Es solo que yo tengo un
problema con lo inadecuado, lo incompleto y la errónea connotación de la
palabra. La meditación puede ser un camino profundo para que uno se desarrolle,
para que uno refine, sus percepciones, su visión de las cosas, su conciencia.
Yo creo que el vocablo de espiritualidad crea más problemas prácticos que los
que resuelve.
Algunas personas llaman a la meditación “disciplina de la conciencia”.
Yo prefiero este nombre que el termino “práctica espiritual” por que la palabra
espiritual evoca diferentes connotaciones en las diferentes personas. Todas
estas connotaciones están inevitablemente marcadas o entretejidas con sistemas
de creencias y expectativas inconscientes que la mayoría de nosotros rehusamos
examinar y todas ellas pueden fácilmente prevenirnos de desarrollar o incluso
de escuchar que es posible un genuino desarrollo.
A veces la gente en el hospital se acerca a mí y comenta que el tiempo
que pasaron en la clínica de estrés ha sido la experiencia más espiritual que
han tenido en su vida. Yo me siento feliz de que ellos se sientan de esa manera,
por que proviene de su propia experiencia en la práctica de la meditación y no
de alguna teoría, ideología o sistema de creencias. Generalmente creo a lo que
se refieren; pero también se que ellos están tratando
de poner en palabras una experiencia interior, que en última instancia, está
más allá de toda etiqueta. Sin embargo mi más profunda esperanza es que
cualquiera que haya sido su experiencia o insight, esta continuará, enraizará, y
permanecerá viva y crecerá.
Yo espero que ellas hayan escuchado que la práctica no trata de
conseguir o ir a algún lugar en absoluto, incluso algún tipo de experiencia
placentera o espiritual profunda. Espero que ellos lleguen a comprender que la
atención plena está más allá de todo pensamiento ingenuo u otra cosa que aquí y
ahora es el lugar en el cual este trabajo se desarrolla.
El concepto de espiritualidad puede estrechar nuestro pensamiento en
lugar de ensancharlo. Con frecuencia se piensa que algunas cosas son
espirituales mientras otras quedan excluidas. En realidad todo depende de cómo
sientas, de cómo se presenten en tu conciencia las actividades que realizas,
caminar, comer, hacer el amor, mirar una flor, ser padre, madre o amigo, etc.
La atención plena permite que todo brille con la luminosidad que la
palabra “espiritual” parece denotar. Quizá en última instancia, espiritual
significa totalidad e interrelación directa, una visión de que los individuos y
la totalidad están entrelazados íntimamente. Que nada está separado o es
extraño. Si usted llega percibir en esta forma, entonces todo es espiritual, en
su sentido mas profundo. El hacer ciencia como el lavar los platos. Lo que
cuenta es la experiencia interna y estar presente allí donde estés.
Al mismo tiempo usted tiene que buscar si hay tendencias hacia la
auto-decepción, ilusiones, grandiosidad, auto-inflación e impulso de
explotación y crueldad hacia otros seres. Mucho daño se ha hecho en todas las
eras por gente apegada a una visión de “verdad” espiritual. Con frecuencia, un
punto de vista estrecho sobre el espíritu, a menudo lo colocan por encima del “burdo”, “contaminado” e “ilusorio”” dominio
del cuerpo, la mente y la materia. Esto conduce a que la gente use estas ideas
sobre el espíritu para escapar de la vida.
Con frecuencia el concepto espiritualidad se usa para designar cualidades
de ascenso y elevación por encima de las cualidades terrenales de este mundo,
se refieren a un mundo no material, lleno de luz y radiante; un mundo más allá
de los opuestos, en donde todas las cosas se funden en la unidad, el nirvana, el
cielo, en una unidad cósmica. Pero aunque la unidad es seguramente una
experiencia humana bastante rara, ella no es el fin de la historia. Y lo más
frecuente es que esto sea, nueve partes, un pensar ingenuo (pero no obstante
pensamiento) y solo una parte experiencia directa. La búsqueda de la unidad
espiritual, especialmente en los jóvenes, con frecuencia esta motivada por un
impulso ingenuo y romántico por trascender el dolor, el sufrimiento y las
responsabilidades de este mundo concreto, el cual incluye la niebla y la
oscuridad.
La idea de trascendencia puede ser un gran escape, un combustible de
alto poder para alimentar ilusiones. Por esto la tradición budista,
especialmente el zen, enfatiza volver a lo ordinario y a la vida cotidiana, a
lo que ellos llaman “estar libre y contento en medio del mercado”. Esto
significa tener los pies sobre la tierra en cualquier lugar o circunstancia, ni
arriba ni abajo, simplemente presente, pero totalmente presente. Los
practicantes del zen tienen una frase irreverente y provocativa que dice “Si encuentras
al Buda mátalo” lo cual significa no tener ningún apego conceptual al Buda o a
la iluminación.
La practica de la meditación en si mismo es un ejemplo de crecimiento
y desarrollo. Ella nos puede conducir hacia arriba o hacia abajo, demanda que
enfrentemos, y que incluso abracemos, dolor y oscuridad, así como gozo y luz.
Esto nos recuerda usar cada cosa que se presente, o situación en que nos
encontremos, como un recurso para crecer. Palabras como “alma” o “espíritu” son
intentos por describir la experiencia interna de los seres humanos para
conocerse y encontrar su lugar en este extraño mundo. En el alma no puede
faltar el trabajo verdaderamente espiritual ni tampoco un trabajo con el alma
puede estar vacío de espíritu. Nuestros demonios, y nuestros ángeles están
todos aquí listos para enseñarnos. Pero tenemos que escucharlos y tomarlos con
el espíritu de heroica búsqueda interminable que cada uno de nosotros encarna,
lo sepamos o no, en la misma fábrica de la vida humana, lo que significa ser
totalmente humano. Quizá la cosa más “espiritual” que cualquiera de nosotros
puede hacer, es mirar a través de sus propios ojos, ver con ojos de totalidad y
actuar con integridad y compasión.
Todo lo que nos sucede es una ocasión para interrogarnos, para
abrirnos, para el crecimiento, para fortalecernos y aumentar nuestra sabiduría
y para continuar nuestro propio camino.
SOLO SE PUEDE MANTENER UNA PRACTICA PROLONGADA SI ENCONTRAMOS UNA
VISIÓN PROPIA PARA HACERLA.
Es virtualmente imposible y sin sentido comprometerse a una práctica
meditativa diaria sin alguna visión de por que se está haciendo, que valor
podría tener en tu vida, por que podría ser tu camino y no ser una fantasía
mas. En sociedades tradicionales esta visión fue aportada y continuamente
reforzada por la cultura. Si tú fueras budista, podrías practicar por qué toda
la cultura a la que perteneces considera valiosa la meditación como el camino
de la claridad, la compasión y la budeidad, un camino de sabiduría que “conduce
a la erradicación del sufrimiento”. Pero dentro de la corriente principal de la
cultura occidental tú encontrarás poco apoyo para elegir tal camino personal de
disciplina y constancia, especialmente en una vía tan extraña como ésta, la
cual propone el esfuerzo pero el no hacer y la energía, pero no un “producto
tangible”. Lo que es más, cualquier noción superficial o romántica de llegar a
ser una mejor persona, más tranquila, más libre o más compasiva, no durará
mucho tiempo cuando enfrentemos la turbulencia de nuestras vidas, nuestras
mentes y nuestros cuerpos o incluso el simple prospecto de levantarse
diariamente muy temprano cuando aun hay frío y esta oscuro.
Si esperas llevar la meditación a tu vida como un compromiso prolongado,
necesitas un compromiso que sea verdaderamente tuyo, uno que sea profundo y
tenaz y que se encuentre cerca del centro de aquello que crees que eres,
aquello que valoras en tu vida y hacia donde quieres dirigirla. Solamente la
fuerza de tal visión dinámica y la motivación que de ella emerja, posiblemente
pueda mantenerte en este camino año con año con la voluntad de practicar
sistemáticamente cada día y llevar la atención plena a todo aquello que ocurre
y abierto a cualquier cosa que percibas.
La visión de la que estamos hablando tiene que ser renovada cada día,
porque la atención plena en si misma requiere este nivel de conciencia de los propósitos
o intención de todo lo que hacemos.
La práctica en si misma tiene que llegar a ser la encarnación de tu
visión y contener aquello que tú mas valoras con mayor profundidad. Ello no
significa que trates de ser diferente de lo que eres, tranquilo cuando no lo
estas o amable cuando realmente te sientes enojado. De lo que se trata es de
mantener en tu mente aquello que es más importante para ti de tal manera que
ello no se pierda o traicione en el calor y la reactividad de un momento
particular. Si la atención plena es profundamente importante para ti, entonces
cada momento es una oportunidad para practicar.
Trabajo elaborado por Alejandro Córdova
Marzo de 2005
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